elpost

Investigación, análisis e información.

Raquel Buenrostro y el expediente Zoé Robledo

Ángel Franco

6 de enero de 2025

El gobierno de Claudia Sheinbaum presentó al flamante equipo que se encargará de combatir la corrupción en la administración pública desde la recién rediseñada Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, encabezada por Raquel Buenrostro.

Destacan Alejandro Encinas Nájera, designado como subsecretario de Buen Gobierno, quien deberá vigilar el uso eficiente de los recursos del erario y fomentar la ética en el servicio público; Guadalupe Araceli García Martínez, subsecretaria de Anticorrupción, se encargará de las estrategias de fiscalización y coordinación con órganos fiscalizadores para prevenir irregularidades en áreas prioritarias; y Omar Sánchez Villegas, al frente de la Unidad de Combate a la Impunidad.

La simulación que imperó en todo el sexenio pasado en la Secretaría de la Función Pública se volvió insostenible y Sheinbaum la reestructuró y le cambió el nombre. Desde las altas esferas de la ASF se permitió que funcionarios públicos se enriquecieran con el presupuesto público, permitiéndoles operar a su antojo los procesos de licitación.

Un caso muy documentado es el de Zoé Robledo, director del IMSS, quien prácticamente todo el sexenio anterior repartió contratos públicos al mejor postor, torciendo la Ley de Adquisiciones para beneficiar a contratistas con licitaciones millonarias.

En la Función Pública de López Obrador supieron de los negocios de Zoé Robledo pero no hicieron absolutamente nada, al contrario, facilitaron al director del IMSS las condiciones para manipular los procesos de contratación de medicamentos, un proceso tan tortuoso y corrupto que contribuyó en gran medida al desabasto de medicinas en los hospitales y las clínicas del Seguro Social, debido a que se compraron lotes fuera de demanda.

La suerte de Zoé Robledo depende de la nueva Secretaría Anticorrupción y de la voluntad de Raquel Buenrostro, que desde el arranque del sexenio ya investiga las corruptelas del funcionario y mapea la red de directivos del IMSS involucrados en la entrega de contratos públicos a modo.

Desde la llegada de Buenrostro a la Secretaría Anticorrupción, la red de funcionarios de Zoé Robledo fue desmantelada, y la permanencia en el gobierno del director del IMSS es parte de la estrategia de la investigación, pero ya se habla en el entorno de la secretaria de un cese inminente del funcionario.

El expediente Zoé Robledo representa una oportunidad para demostrar que el discurso anticorrupción del nuevo gobierno puede traducirse en acciones concretas. El cese inminente del director del IMSS podría enviar una fuerte señal de que la impunidad no será tolerada en la nueva administración.

El éxito de la nueva política anticorrupción dependerá de la capacidad de Raquel Buenrostro y su equipo para actuar con independencia, resistiendo presiones políticas y garantizando que las investigaciones no se conviertan en herramientas de persecución selectiva. Buenrostro tiene la oportunidad de construir un legado basado en la transparencia y la rendición de cuentas.

En un país donde la corrupción ha sido uno de los principales obstáculos para el desarrollo, el combate frontal a estas prácticas no solo es una demanda ciudadana, sino también un imperativo ético de la administración. La Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno tiene la difícil tarea de demostrar que el cambio es real, y que el servicio público puede dignificarse bajo principios de integridad. De ese tamaño es el valor del expediente Zoé Robledo para la administración de Claudia Sheinbaum.