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“Colas de rata” en el IMSS

Foto: @zoerobledo

Editorial/El Post (27 de mayo de 2024).- Dice el periodista argentino Daniel Santoro que una investigación periodística arranca cuando se descubre una “cola de rata”, es decir, el indicio que nos ayudará a seguir las pistas de una historia y nos permitirá construir gran parte de la trama de un hecho de corrupción, por ejemplo. “La cola de rata” es el hilo que nos lleva a la madeja.

Esta metáfora periodística sirve para ejemplificar lo que ha estado pasando en el Instituto Mexicano del Seguro Social, encabezado por Zoé Robledo Aburto. El instituto, envuelto en la polémica desde principios del sexenio por la falta de medicamentos y por el bajo nivel de atención médica en el que ha caído, ha sido objeto de señalamientos de actos de corrupción y de tramas que involucran al personal más cercano del director del IMSS en colusión con empresas farmacéuticas para manipular licitaciones.

La gestión de Zoé Robledo ha dejado tras de sí una cantidad de “colas de rata” en los rincones del IMSS, que resulta por lo menos sospechoso que la Secretaría de la Función Pública no asuma su función y deje pasar los señalamientos, las denuncias y las evidencias que se han presentado a lo largo de los últimos años.

Nos ocuparemos de un par de ejemplos que en cualquier otro régimen que asegure combatir la corrupción serían un escándalo.

En diciembre del año pasado fue asesinado a tiros un joven del comercio ambulante en la colonia Roma de la Ciudad de México. En el cuerpo de la víctima se encontró una cartulina con una amenaza a tres funcionarios del IMSS.

No hubo mayor investigación por parte de las autoridades, pero se filtraron los nombres de tres funcionarios del IMSS señalados de formar parte de una red de corrupción que arreglaban licitaciones para beneficiar a empresas proveedoras. Circularon los nombres de Jesús Eduardo Thomas Ulloa, Karina Sarmiento y Daniel Ramírez, todos ellos cercanos a Zoé Robledo en el ámbito administrativo del Seguro Social. También circularon los nombres de algunas de las supuestas empresas beneficiadas: PCB Empresarial Monterrey SA de CV y Grupo Osherx SA de CV.

Ninguno de los funcionarios en cuestión fue llamado a cuentas.

Otro ejemplo.

Hace apenas tres meses trascendió que desde la Unidad de Administración del IMSS, encabezada por Jesús Eduardo Thomas Ulloa, el equipo de Zoé Robledo manipulaba una licitación para beneficiar a la empresa alemana Boehringer.

El trascendido era una “cola de rata” en uno de los rincones del IMSS que permitió el inicio de una investigación periodística. El resultado: efectivamente, Zoé Robledo había manipulado el proceso de licitación pública para entregar mediante adjudicación directa millones del erario a la empresa Boehringer por la compra de un medicamento.

El IMSS de Zoé Robledo decidió que el valor de compra de un medicamento de Boehringer por 1 mil 564 millones 331 mil 980 pesos, era mejor opción que el valor de un medicamento de AstraZeneca por 820 millones 517 mil 51 pesos.

El IMSS de Zoé Robledo decidió que era correcto burlar una licitación pública para adjudicar de manera directa contratos a una empresa que había hecho una oferta por su medicamento 743 millones 814 mil 929 pesos más que la oferta de AstraZeneca.

La investigación de El Post, que derivó en la obtención de documentos, testimonios y una trama de colusión por parte de directivos del IMSS con la empresa proveedora, cuenta con los suficientes indicios para que cualquier funcionario despistado de la Secretaría de la Función Pública inicie una investigación que deslinde responsabilidades y castigue lo que a contraluz tiene toda la forma de un acto de corrupción.

Las “colas de rata” abundan por los rincones del IMSS.

Muchas de ellas han sido ya objeto de investigación y los indicios de corrupción, sobre todo en las compras, están a la vista.