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Arabia Saudita se aleja de EU y estrecha lazos con China

Foto: Twitter

En los últimos meses, Arabia Saudita ha protagonizado un importante cambio en su estrategia geopolítica, buscando mejorar sus relaciones con Irán y China, mientras se distancia de Estados Unidos. Este giro responde a varios factores, entre ellos la necesidad de crear un entorno más estable para su transformación económica y la percepción de que Washington ya no es un aliado tan confiable como antes.

Arabia Saudita e Irán han sido rivales históricos en Oriente Medio, compitiendo por la influencia política y religiosa en la región. Sin embargo, en marzo de 2023, ambos países anunciaron el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas, tras años de enfrentamiento y tensión. Este acercamiento fue facilitado por China, que tiene intereses económicos y energéticos en ambos países y que busca promover la cooperación regional.

China es el principal importador de petróleo saudí y el mayor socio comercial de Irán. Además, China ha invertido en infraestructuras y proyectos en el marco de su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, que atraviesa Oriente Medio. Por eso, China ha actuado como mediador entre Riad y Teherán, ofreciendo incentivos para la colaboración y la estabilidad.

Perfil más bajo de Estados Unidos

Por otro lado, Arabia Saudita ha visto cómo Estados Unidos ha reducido su presencia y compromiso en Oriente Medio, especialmente durante la administración de Joe Biden. Estados Unidos ha fracasado en reactivar el acuerdo nuclear con Irán y ha apoyado una red de alianzas entre Israel y las monarquías del Golfo en contra de este país. Además, Estados Unidos ha mostrado su interés en diversificar sus fuentes de energía y reducir su dependencia del petróleo saudí.

Ante este escenario, Arabia Saudita ha decidido reorientar su política exterior, buscando nuevos socios y equilibrios. Su acercamiento a Irán y China es parte de esta nueva visión geopolítica, que tiene como objetivo crear un entorno propicio para su transformación económica. Arabia Saudita quiere diversificar su economía, reduciendo su dependencia del petróleo y apostando por sectores como el turismo, la tecnología y las energías renovables.

Este cambio de estrategia supone un desafío para Estados Unidos y sus aliados en Oriente Medio, que tendrán que adaptarse a una nueva realidad regional. También implica una oportunidad para el diálogo y la cooperación entre actores que han estado enfrentados durante décadas. La nueva geopolítica de Arabia Saudita es un reflejo de las transformaciones globales que están ocurriendo en el siglo XXI.