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Taiwán, la isla que logró resistir el plan de China para dominar la industria de los chips

Por Manuel Pineda

Desde hace décadas, Taiwán se ha convertido en uno de los principales actores en la fabricación de chips en todo el mundo. Pero, ¿cómo logró Taiwán mantenerse independiente en esta industria a pesar de la presión de China?

La respuesta se encuentra en una historia de resistencia y determinación por parte del gobierno taiwanés y la industria de semiconductores del país. En la década de 1990, China comenzó a implementar un plan para adquirir tecnología y conocimientos de Taiwán para poder construir sus propias fábricas de chips y convertirse en un jugador importante en el mercado global.

En 1995, China estableció el “Proyecto 909”, una iniciativa para atraer a empresas taiwanesas a establecer operaciones en la China continental. La oferta parecía tentadora: acceso a un mercado enorme y mano de obra barata. Pero el gobierno de Taiwán respondió rápidamente, introduciendo una ley en 1997 que prohíbe a las empresas taiwanesas invertir en China y producir chips allí. La ley fue una forma de proteger los secretos comerciales y tecnológicos de Taiwán y garantizar su independencia en la industria de los chips.

Además, Taiwán invirtió fuertemente en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, lo que le permitió mantenerse a la vanguardia en la fabricación de chips y avanzar en áreas como la inteligencia artificial y el internet de las cosas.

“El gobierno ha estado invirtiendo en investigación y desarrollo y en la capacitación de los ingenieros necesarios para liderar la industria de chips”, dijo Simon Yang, portavoz de la Asociación de la Industria de Semiconductores de Taiwán. “La fabricación de chips requiere tecnología de vanguardia, y Taiwán ha estado invirtiendo en ella durante décadas”.

Jugador fundamental

La industria de semiconductores de Taiwán ha sido fundamental para la economía del país. Según datos del Ministerio de Asuntos Económicos de ese país, en 2020, la industria de semiconductores representó el 17.5 por ciento del total de las exportaciones de Taiwán, lo que equivale a unos 120,000 millones de dólares.

A pesar de la presión continua de China, Taiwán ha logrado mantener su posición como líder en la fabricación de chips. En marzo de 2021, el presidente de Taiwán, Tsai Ing-wen, anunció planes para invertir 30,000 millones de dólares en la investigación y el desarrollo de tecnología de semiconductores. La medida tiene como objetivo garantizar que el país siga siendo un jugador clave en la industria de chips y tenga la capacidad de competir con los gigantes de la tecnología como Intel, Samsung y TSMC.

En este momento Taiwán es un jugador clave en la fabricación de chips a nivel mundial. Y, aunque la presión de China sigue siendo una amenaza, la pequeña isla ha demostrado que es posible resistir y prosperar en un mercado cada vez más competitivo.