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López Obrador descarta dejar un país sobrendeudado al final de su sexenio

Foto: Especial

El presidente Andrés Manuel López Obrador, refutó las predicciones de algunos analistas que auguraban un elevado endeudamiento del país al término de su mandato. En su conferencia matutina en Palacio Nacional, el mandatario destacó que se están buscando “gazapos” y acusó intentos de manipular el asunto.

El presidente aclaró que no existe un endeudamiento descontrolado y que el presupuesto se planifica año con año, considerando un porcentaje para la contratación de deuda basado en la estimación prevista y las obras públicas necesarias. Indicó que podría haber un déficit entre los ingresos y los gastos requeridos para las obras, pero esto no significa un endeudamiento excesivo.

También subrayó que su administración trabajará dentro de los parámetros que autorice la Cámara de Diputados y enfatizó que no tienen la intención de endeudar al país. Aseguró que el proyecto de presupuesto garantiza los programas sociales, incluyendo una inversión significativa de 400 mil millones de pesos para la pensión a adultos mayores.

En contraste con sexenios anteriores marcados por devaluaciones, caídas económicas y alta inflación, López Obrador afirmó que no existen señales de una crisis económica al final de su mandato. Además, aseguró que el próximo gobierno tendrá un margen de 2.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para trabajar. Según datos del Inegi, el PIB en 2022 fue de 29.2 billones de pesos.

El presidente también destacó que durante su mandato, México contrajo menos deuda en comparación con administraciones anteriores. Al finalizar su sexenio, el endeudamiento habrá crecido en un 5.3 por ciento del PIB, pasando de 43.6 a 48.9, una cifra menor en comparación con los gobiernos de Felipe Calderón (7.4) y Enrique Peña Nieto (8). Estos números, según el López Obrador, son un reflejo de la responsabilidad en la gestión de las finanzas públicas de su gobierno.

El presidente destacó que México es uno de los países con menor deuda después de la pandemia de Covid-19, ya que su gobierno no contrajo deuda durante la crisis sanitaria. Según datos oficiales y gráficos presentados por el presidente, al asumir el cargo, recibió una deuda nominal de 10.6 billones de pesos, en contraste con los anteriores presidentes, Calderón y Peña Nieto, que aumentaron significativamente la deuda durante sus respectivos mandatos.